Reflexión sobre la comunicación

La voz humana es un instrumento maravilloso. Es nuestro medio más eficaz para la comunicación. Utilizamos la voz en muchas áreas en nuestra vida social, en el ocio y también en el ámbito laboral. Pero muchas veces tenemos miedo de usarla con nuestros semejantes, la cantidad de facilidades tecnológicas que existen para comunicar nos han “ahorrado” no solo en la parte económica o en la inmediatez del proceso, sino que hemos llegado al extremo de evitar el cara a cara.

Sabemos todos que en el proceso más simple de la comunicación, contamos con un emisor, un receptor, un mensaje en un código que puedan entender ambos y un canal que lo transmite, pero la conversación se da cuando hay comprensión del mensaje, permitiendo una retroalimentación e intercambio de más mensajes que se puede dar de manera síncrona (Coordinación temporal precisa entre emisor y receptor, como lo es un chat o una llamada telefónica) o asíncrona ( Cuando los ritmos de la presentación o respuesta no tienen por qué coincidir entre el receptor y la fuente, en el caso de mensajes de texto o correos electrónicos).

Y es que pasamos horas en el limbo, enviando emails, mensajes de WhatsApp, inbox, audios e incluso historias con tal de no hablar con los demás de frente, pero existe esa persona, ese amigo con capacidad oral impecable, con lenguaje no verbal cautivante y claramente dominante en la proxemia (distancia a la que se manejan las diferentes tonalidades de la voz) que te saca del letargo y con narraciones ingeniosas y detalles geniales te libera, esas conversaciones que cambian el curso de tu vida.

Es impresionante como los cambios tecnológicos vienen precedidos de otra serie de cambios que pareciera que no afectan directamente al suceso, pero lo condicionan enormemente: el cambio de la máquina de escribir hasta el IPhone registró en palabras de Álvaro González–Alorda “hay una conexión de cambios tecnológicos, pero que no vienen solo, traen consigo cambios sociales, políticos, culturales, en modelos de negocio, en modelos de comportamiento y de comunicación. Somos la generación de la historia de la humanidad que ha estado sometida a mayor nivel de cambio”. Y el cambio, además de ser un proceso costoso para la mayoría, también muestra contraste.

Esta generación tiene la tecnología más avanzada en su bolsillo, capaz de conectarnos a cualquier parte del mundo con un clic, pero desconectados de la persona que se tiene al lado. Y en un mundo con familias rotas, amigos separados y equipos desunidos, nos cuesta trabajo asimilar amistades de toda la vida o

parejas que están juntas a pesar de los años, porque hemos concebido un mundo roto en la inmediatez donde todo empieza y termina rápido.

¿Y qué podemos hacer por esto, si con lo nuestro creemos que ya no podemos? El truco está en ocuparte de lo tuyo. Y ¿Qué es lo mío lo tuyo? Te preguntarás, y es el hecho de ocuparte de tus relaciones, las personas que tenemos a nuestro alrededor.

A esta vida venimos a hacernos de relaciones o de cosas, a cuidar de esos amigos familiares y colegas pues ese es el principio para cambiar el mundo, empezando en nuestro mundo.

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