Un recurso muy valorado en las encuestas, atributo “infaltable” en la lista de deseos en elección de pareja, consejeros y colaboradores aunque no siempre objetivamente evaluada, incluso a veces mal empleada, pero así es la inteligencia.
En mi opinión y experiencia, la inteligencia es la capacidad para resolver problemas, esa habilidad para crear futuro, que ha permitido al ser humano crecer a un orden mayor, independientemente de la disciplina, rubro o materia al que pertenezca dicho conflicto.
Esta habilidad también se puede enseñar, los “Superdotados” comparten sus sistemas, métodos y experiencias, gracias a esta nueva era de comunicación basada en la conexión a Internet y el conocimiento transferido ya no solo de generación en generación a través de escritos y obras, sino de material intangible en la nube con la web como palanca para el desarrollo.
Por otro lado, en la empresa requerimos gente capaz no solo de resolver problemas, sino de poder trabajar en equipo, enriquecer al talento y reconocer el valor y capacidad de los otros genios que colaborando en su ecosistema, y este acto es el verdadero paso a la evolución. Creer, confiar, hacer y resistir para ver el resultado.
Parte del proceso para la consecución de las metas está en el fallo, en la resiliencia y comunicación interna, todas ellas muy importantes analizándose desde adentro de cada colaborador, pero el elogio, la confianza y la inclusión de las opiniones y conocimientos del colectivo, sin demeritar ninguna, hacen que la empresa, negocio o idea, sobrepasen, por mucho, un esfuerzo individual. Te invito a desafiar los retos de la vida, con un ejercito de colaboradores.